A lo largo de la historia, las mujeres han sido excluidas de la participación pública a través de multitud de mecanismos profundamente arraigados en la mayoría de las sociedades, que las han silenciado, arrinconado en el espacio privado y separado de los centros de poder. |
Entre los mecanismos de mantenimiento de las mujeres en posición subordinada, encontramos una socialización diferenciada marcada por estereotipos y roles de género a través de la que, hombres y mujeres, han desarrollado capacidades distintas, habiéndose inhibido en las mujeres muchas de las capacidades que se requieren para la vida pública, el éxito profesional y el liderazgo social. Y, aunque hemos avanzado en el camino hacia la igualdad de género, y las diferencias cada día son menores, las brechas de género de participación económica y oportunidad y de empoderamiento político siguen siendo grandes, y una amplia cantidad de mujeres, si no la mayoría, sigue condicionada, tanto externa como internamente, por los mandatos de género que nos impiden disfrutar en pie de igualdad con los hombres del desarrollo profesional y de la visibilidad y liderazgo social.
Con el fin de que las mujeres puedan desarrollar tanto sus vidas privadas como sus carreras profesionales, si así lo desean, y lograr alcanzar puestos de responsabilidad y liderazgo en pie de igualdad con los hombres, es necesario que las mujeres se (nos) empoderen, personal y colectivamente, y que tanto mujeres como hombres trabajemos por eliminar las barreras sistémicas que, aún hoy en día, nos mantienen generalmente en posiciones subordinadas.
Para más información sobre las actividades de apoyo al empoderamiento de las mujeres, entra en la web de Programa "Crecer Juntas"